Comisión 4
La función docente
Más de tres mil profesores que imparten educación secundaria obligatoria,
pertenecientes a más de seiscientos centros, han contestado a un cuestionario
organizado en torno a los núcleos temáticos siguientes: a) La función docente
y el profesor de la educación secundaria obligatoria. b) La formación inicial
del profesorado de la educación secundaria obligatoria. c) La formación permanente:
realidad y necesidades. d) Incentivación profesional y social del profesorado.
El mencionado estudio cuantitativo se ha completado con un estudio cualitativo
integrado por dos tipos de acciones: a) Realización de mesas redondas, en
distintas Comunidades Autónomas, con participación de profesores, directivos,
inspectores, orientadores, formadores de profesores, etc. b) Informes de expertos
nacionales e internacionales.
Sobre la identidad profesional del profesorado de Educación Secundaria
Para los profesores encuestados la docencia es una actividad atractiva en
su conjunto (83% entre "bastante" y "mucho"), que reúne
claramente la exigencia básica de toda profesión de significar una colaboración
al bien común, pues el 92% considera que con ella se presta un servicio a la
sociedad. El 85% califica su profesión como una tarea vocacional, mientras que
el 80% rechaza que sea una salida laboral como otra cualquiera; el 89% considera
que es una oportunidad para contribuir a la formación académica de la juventud y
el 90% que lo es para contribuir a su formación humana.
Por otra parte, es indudable la presencia que en ellos tiene el aspecto ético
de la profesión, pues el 96% responde que se preocupa de incorporarlo en su
práctica habitual, del mismo modo que el 87% afirma haber reflexionado con otros
colegas sobre los problemas éticos que le han surgido en su función docente. El
90% consideraría positiva la existencia de un Código deontológico para la
docencia.
Sobre las responsabilidades específicas del profesorado de Educación Secundaria
Obligatoria
Acción en el aula: principales elementos en la estructura de la clase
- Al principio de cada unidad didáctica la mayoría de los profesores presentan
una visión general de la misma, por medio de un guión (72% "siempre"
o "habitualmente"). Sólo un 2% no lo hace nunca. También se procura
indicar las dificultades que los alumnos puedan hallar (el 67% "siempre o
habitualmente" y el 30% "alguna vez").
- El 97% del profesorado se preocupa por motivar a los alumnos habitualmente
o siempre para que no se limiten a memorizar los contenidos sin haberlos
comprendido. A su vez, intenta estimular la curiosidad intelectual del alumnado
y la autonomía de su pensamiento (93%). Frecuentemente ejercita a los alumnos
en la escucha atenta y en la defensa de sus ideas, con argumentos y razones
intelectuales (90%).
La función tutorial y la atención a la diversidad
El profesorado piensa que el tratamiento de la diversidad debe reflejarse
primeramente en la programación (60%) para luego proyectarse en la práctica
docente. Sin lugar a dudas considera se debe adaptar la programación, dando
preferencia a ciertos objetivos (81%) y contenidos (84%), dentro de los
programados. Estas preferencias no siempre se traducen en cambios en la
secuenciación (sólo el 66% indica que lo hacen "bastante" o
"mucho").
El 73% tiene muy en cuenta la atención a los alumnos con necesidades
educativas especiales, atención que consideran debe realizarse en equipo.
Los profesores afirman que la atención a la diversidad supone:
- Un currículo que se adapte a las necesidades de los alumnos.
- Una evaluación continua y personalizada.
- Una atención planificada y organizada, en la que los tutores tengan una
especial participación.
- Unos valores de aceptación de todos los alumnos, compartidos por la
comunidad escolar.
- Unos profesores con actitudes favorables hacia la ayuda a los alumnos.
- Un ambiente de respeto, sin obstáculos físicos ni fronteras psicológicas.
El proceso de cualificación profesional del profesorado
Opiniones sobre la formación inicial
La preparación para la docencia tiene dos partes muy distintas. La primera es
la que cabría denominar la formación académica lejana, general, que se recibe
en la Universidad. La segunda es la formación esencialmente pedagógica, próxima,
específica, que reciben quienes pretenden conseguir la habilitación para la
docencia.
En relación con la primera, la mayoría (65%) piensa se le ha enseñado a
mostrar las razones de lo que afirma y a determinar la estructura central de
la materia estudiada (57%). La opinión sobre la formación pedagógica próxima
es, en cambio, mayoritariamente negativa. El 60% considera que no se les ha
enseñado la suficiente pedagogía como para ser un buen profesional.
Los aspectos en que la formación recibida es considerada más insuficiente son
los siguientes:
- Tratamiento de los ejes transversales (86%)
- Atención a la diversidad: adaptaciones curriculares y diversificación
curricular (82%)
- Métodos de investigación en la práctica (82%)
- Técnicas de trabajo en grupos cooperativos (80%)
- Tutoría y orientación de los estudiantes (75%)
Opinión sobre la formación permanente
No son positivos los datos recogidos en la encuesta sobre la percepción
del profesorado acerca de la formación permanente recibida. En opinión de los
profesores, los aspectos en los que han recibido más formación permanente son:
evaluación de los aprendizajes de los alumnos, selección y organización de los
contenidos y actividades que contribuyan al desarrollo de las capacidades del
alumnado. En todos ellos los porcentajes varían entre un 46% y un 47% que opina
haber recibido "bastante" o " mucha" formación, mientras que
entre un 53% y un 54% dicen que "nada" o "algo". El aspecto
sobre el que menos formación dicen haber recibido es métodos de investigación en
la práctica: un 24% "bastante" o "mucha" y un 76%
"nada" o "algo".
Sintetizando las respuestas a varias preguntas, en relación con los medios
seguidos para llevar a cabo la formación permanente desde las instituciones
formativas, valorando su utilidad y la frecuencia de su participación, se concluye
lo siguiente:
- Los cursos cortos de menos de 50 horas han sido los más realizados por
el profesorado, pues el 27% de estos ha participado en más de dos en los
últimos tres años, siendo valorados positivamente en un porcentaje del 62%.
- Los cursos largos, presenciales, dirigidos por un ponente y con fase
práctica se han realizado también dos por año por parte del 8% y uno cada dos
años por parte del 64%. Su valoración positiva ha sido del 56%.
- Los cursos teóricos y largos han sido escasamente empleados.
- Es valorada la asistencia a Jornadas o Congresos (72%), a los que se ha
asistido dos veces por año por parte del 15% y una cada dos años por el 60%.
- El medio de formación más valorado ha sido la autoformación en centros
reflexionando con los colegas, aprovechando el espacio y el tiempo de trabajo
(78%), así como los proyectos de innovación e investigación, en el mismo
porcentaje.
Los estímulos para mejorar la dedicación y la calidad profesional
Se ha recabado la opinión de los profesores, preguntando cómo incentivarles,
qué aspectos debieran valorarse más y quiénes debieran evaluar cada aspecto.
Sobre el cómo, lo que más aceptación tiene es mejorar la ratio profesor/alumno
(89%), seguida por la mejora de las retribuciones (83%) y por las oportunidades de
formación personal asistiendo a cursos (77%).
En cuanto a los aspectos que debieran valorarse más, los de mayor aceptación
se refieren a las estrategias de enseñanza/aprendizaje (92%), la mejora en el
clima de aula (90%) y el espíritu innovador y creador (85%).
La pregunta sobre el quién debe evaluar es de complejo análisis, pues se han
distinguido en ella tanto los elementos a valorar como las instancias valoradas.
Un resumen sintético de las respuestas recibidas es que las instancias que,
como media, tienen una mayor aceptación por parte del profesorado para valorar
su trabajo, son las siguientes: la Dirección del Centro (79%), el Departamento
de la materia (78%) y el Departamento de Orientación (75%), siendo los últimos
la Administración educativa (43%) y los Evaluadores externos (28%).