Home Evaluación de la Educación Física en la educación primaria

Anterior Índice Siguiente


Anexo II
Cuestionarios y pruebas de rendimiento

Para la obtención de datos se elaboraron tres cuestionarios, uno para el alumno, otro para el profesor y otro para el equipo directivo, así como una hoja por clase para la recogida de las calificaciones del profesor sobre los resultados educativos de los alumnos.


Del cuestionario del alumnado se obtenían los siguientes datos:

  1. Características personales: edad y sexo.
  2. Datos escolares: inicio de la escolarización, repetición de curso y número de alumnos de la clase.
  3. Características familiares: estructura familiar, nivel socioeconómico y antecedentes deportivos familiares.
  4. Actitudes y hábitos del alumno: hábitos de trabajo escolar, hábitos de deporte, hábitos de higiene, hábitos de alimentación, actividades deportivas, actividades extraescolares, actitudes deportivas y actitudes sociales.
  5. Metodología didáctica: participación y colaboración en clase.
  6. Clima escolar: autoconcepto personal, autoconcepto deportivo, relación con los compañeros, relación con la familia, relación con el profesorado y relación con el centro.
  7. Resultados: medidas físico-motrices, medidas perceptivo-motrices, temas transversales, autoevaluación, evaluación del profesor.

Del cuestionario del profesorado se obtenían los siguientes datos:

  1. Características personales: edad, sexo.
  2. Características profesionales: titulación, especialidad, área/s que imparte, trabajo y cargo que desempeña, situación administrativa, experiencia docente, antigüedad en el centro, horas semanales de clase de Educación Física y satisfacción con la labor docente.
  3. Formación: cursos y actividades de formación, conocimiento y valoración de la reforma educativa.
  4. Características del grupo evaluado: número de alumnos, número de alumnos repetidores, número de alumnos con necesidades educativas especiales, número de profesores, horas semanales de clase y momento del día en que se imparten las clases de Educación Física.
  5. Recursos del centro: recursos humanos y recursos materiales
  6. Datos del profesorado: programación, reuniones didácticas, actividades en la clase al iniciar un tema nuevo, actividades culturales, prácticas docentes, uso de espacios específicos, distribución de tiempos, agrupamiento de alumnos, participación, colaboración y responsabilidad de los alumnos, uso de materiales y procedimientos para evaluar a los alumnos.
  7. Apoyos: internos y externos al centro.
  8. Clima escolar: relación con los alumnos, relación con las familias de los alumnos, relación con los compañeros y relación con el centro.
  9. Resultados: resultados de los alumnos y valoración de la prueba.

Del cuestionario del equipo directivo se obtenían los siguientes datos:

  1. Características del equipo directivo: antigüedad de los miembros, experiencia y forma de acceso.
  2. Características del centro: titularidad, tipo/s de enseñanza/s que imparte, tipo de municipio en el que se encuentra, tipo de zona en el que se ubica, tipo de centro, servicios con los que cuenta, número de alumnos, profesores y unidades, alumnos con necesidades educativas especiales, alumnos becarios y horario escolar
  3. Recursos del centro: recursos humanos y recursos materiales
  4. Formación: cursos y actividades de formación, conocimiento y valoración de la reforma educativa.
  5. Características del profesorado: respuesta del profesorado a los cursos de formación y repercusión en la práctica docente, la formación en la planificación del centro, participación del profesorado en actividades o cursos del centro y aspectos en los que el profesorado necesita mejorar su formación.
  6. Metodología didáctica: hábitos autoevaluadores del profesorado, actividades culturales, participación de los distintos colectivos en las actividades del centro, actividades extraescolares.
  7. Apoyos: apoyos externos.
  8. Clima escolar: relación alumnos-profesores, relación entre los alumnos, relación con los alumnos, relación con los profesores y relación con las familias de los alumnos.

Como puede apreciarse, el alumno es fuente de información de todas las variables relacionadas con él mismo, exceptuando la valoración del profesor de sus resultados en esta área. El profesor es fuente de información de él mismo, del grupo objeto de estudio y del centro. Por último, el equipo directivo proporcionó información sobre él mismo, el centro, los alumnos y los profesores.

Los datos sobre medidas antropométricas, capacidades físico-motrices y perceptivo-motrices se obtuvieron, en unos casos, a partir de pruebas tomadas de la batería EUROFIT y en otros, a través de las propuestas hechas por los asesores técnicos de esta materia del Centro de Desarrollo Curricular del Ministerio de Educación y Ciencia.

La batería de tests EUROFIT, basada en los principios de "Deporte para todos" del Consejo de Europa, es fruto de diez años de investigación coordinada entre expertos científicos y gubernamentales europeos. Uno de los principales objetivos de esta batería es evaluar la condición física. Es aplicable a un gran colectivo en poco tiempo y sus resultados son objetivos y contrastables. Su utilización evita elaborar complicadas baterías de tests de aptitud física y la dificultad de contrastar resultados.

Las pruebas que se administraron a los alumnos fueron:


1. Mediciones antropométricas: Estatura, Peso y Panículos adiposos

A los 11 años se suele llegar a alcanzar el 75% de la estatura adulta y hasta los 14-15 años se produce una gran aceleración en el crecimiento que se da con algunas diferencias debidas al sexo y al momento en que se inicia, que en los chicos suele presentarse entre los 11 y 14 años y en las chicas entre los 10 y los 12 años.

Con respecto al peso corporal, su aumento está influido por otros componentes y factores como el aumento de la grasa corporal, el crecimiento del volumen muscular y el desarrollo de la anchura de los huesos. El aumento más significativo del peso tiene lugar un poco después del último aumento máximo del esqueleto, hacia los 13-14 años.

Por último, esta etapa preadolescente se suele caracterizar por un aumento de grasa localizada en el tronco, que se puede prolongar hasta la madurez. La obesidad en los niños provoca muchas dificultades en la adquisición de las habilidades básicas: giros, desplazamientos, saltos, lanzamientos y recepciones. El desarrollo de cualidades físicas como la resistencia, la flexibilidad y la velocidad tampoco alcanzan en esta etapa un grado óptimo de desarrollo. Dicho retraso motriz y de la condición física suele provocar que no se adquieran todas las posibilidades de movimiento que corresponden a la edad adolescente, con el problema añadido de que estas insuficiencias difícilmente podrán recuperarse en las siguientes etapas de crecimiento ni durante la vida adulta.

La medición de la grasa subcutánea se lleva a cabo en las zonas del músculo tríceps y en la región subescapular. Se eligen estos espacios corporales porque son sitios fáciles de medir y están muy relacionados con la grasa total del cuerpo. Esta prueba precisa de un aparato conocido como plicómetro, que se utiliza de la siguiente manera: se pellizca fuertemente la piel y el tejido subcutáneo entre los dedos pulgar e índice de la mano izquierda, tirando para separarlo del músculo subyacente. Los extremos de las agujas del plicómetro se aplican 1 cm. por debajo de los dedos de la mano izquierda, después se lee el espesor del pliegue de panículo. Las mediciones se realizan con una aproximación de décimas de milímetro.


2. Condición física

2.1. Velocidad segmentaria Golpeo de placas (Tapping con los brazos)

La velocidad en el ser humano se define como la capacidad para realizar uno o varios movimientos en el menor tiempo posible. Es una acción motriz que se ejecuta con una intensidad máxima y en una corta duración. Dentro de esta cualidad física, se puede diferenciar distintos tipos de velocidad entre los que se encuentra la velocidad de movimientos cíclicos que hace referencia a la realización de movimientos sucesivos o repetitivos, sin influencia del cansancio, que es la que mide esta prueba. La medición se realiza a través de un segmento corporal concreto, de aquí que se conozca a esta cualidad como velocidad segmentaria que en este caso son las extremidades superiores.

El currículo de Educación Física aborda esta capacidad en el capítulo "El desarrollo global de las habilidades y destrezas: mejora de cualidades físicas y aumento de las posibilidades motrices". La velocidad evoluciona de forma apropiada a través de todos aquellos juegos dinámicos de oposición y/o cooperación. Esta capacidad es fundamental para el éxito en la práctica de los juegos deportivos.

Para medir esta prueba se utiliza una mesa regulable en altura de manera que llegue a la cintura del alumno. Sobre su tablero tiene impresos dos círculos de veinte centímetros de diámetro y cuyos centros están separados ochenta centímetros, equidistante de ambos círculos se sitúa una placa rectangular de 10x20 cm. El alumno, colocado frente a la mesa y con los pies ligeramente separados, sitúa su mano no dominante sobre la zona rectangular y la mano más hábil encima de uno de los dos círculos. La prueba transcurre tocando alternativamente cada uno de los círculos un total de 25 veces con la mano dominante y tan deprisa como se pueda. La mano menos hábil permanece en continuo contacto con el rectángulo pintando entre los círculos. El cronómetro se para cuando tiene lugar el contacto número cincuenta; y el tiempo se registra en centésimas de segundo.


2.2. Agilidad: Carrera de tacos (4 x 9 metros)

El término "velocidad" proviene del latín "velocitas" cuyo significado es rapidez o agilidad de carrera. Se define como la distancia que se recorre en una unidad de tiempo o como el tiempo que se tarda en recorrer una distancia y se conoce también como velocidad de traslación. La velocidad de desplazamiento representa o mide la capacidad de encontrarse en otro punto lo antes posible. Está determinada por los siguientes factores físicos: amplitud de la zancada, frecuencia o velocidad segmentaria y coordinación neuromuscular. Para lograr un desplazamiento rápido hay que considerar dos aspectos: el aumento de la velocidad y su mantenimiento. Por último, el desarrollo de la velocidad de desplazamiento está muy condicionado por el aumento de la fuerza.

El Currículo de Educación Física no menciona de manera explícita el trabajo de esta capacidad motriz, pues hasta que no se asientan las bases fisiológicas del entrenamiento no se deberá comenzar a entrenar específicamente la velocidad. La intensidad que requieren estas actividades puede perturbar el adecuado desarrollo orgánico del adolescente, si se practican en exceso. Se puede empezar el trabajo de velocidad a los 8 - 9 años a través de juegos y de ejercicios de coordinación dinámica global en esfuerzos que no excedan de ocho-diez segundos. Durante la pubertad, debido a los cambios corporales, debe mantenerse este nivel de trabajo acomodándolo a las nuevas características del cuerpo adolescente. Al final de esta fase, cuando el desarrollo de la fuerza es mayor, los esfuerzos ya pueden llegar a los quince segundos.

Esta prueba mide la capacidad de desplazamiento en función de la velocidad de carrera, la agilidad (capacidad para moverse con soltura y facilidad) y la efectividad en los cambios de dirección. Se utiliza una superficie plana antideslizante en la que hay señaladas dos líneas rectas paralelas y separadas entre sí una distancia de nueve metros, y dos tacos de madera de 5 x 5 x 10 cms. El alumno se sitúa detrás de una de las dos líneas paralelas y en la otra línea se colocan los dos tacos de madera. A la señal de salida, el alumno corre -a la máxima velocidad- hacia los tacos, recoge uno y vuelve corriendo hasta colocar el taco en el suelo y detrás de la línea de salida. Sin detenerse, corre nuevamente en busca del otro taco, lo recoge y lo deposita en el suelo, detrás de la línea de salida. Se registra el tiempo que invierte en realizar todo el recorrido, desde la señal de comienzo hasta que deposita el segundo taco de madera en el suelo y detrás de la línea de salida.


2.3. Fuerza estática: Dinamometría manual

Para que el cuerpo humano se mueva o se pare es necesario la aplicación de una fuerza. La fuerza es la capacidad de ser humano para superar o actuar en contra de una resistencia exterior basándose en los procesos nerviosos y metabólicos de la musculatura. Se han establecido diversas clasificaciones de esta capacidad motriz, pero es la llamada fuerza máxima o tensión muscular que puede desarrollar un músculo o un grupo de músculos la que se ha medido en esta prueba.

La masa muscular del cuerpo humano se desarrolla continuamente en el período de crecimiento y alcanza su nivel máximo durante la tercera década de vida. La fuerza hasta los 11 ó 13 años va aumentando poco a poco, de forma progresiva y natural, pero al añadir la práctica deportiva el nivel de fuerza se eleva, por lo que el ejercicio físico tiene un papel importante en el desarrollo de la fuerza de los niños y jóvenes; por el contrario, su falta de estimulación provoca rendimientos inferiores. Se debe rechazar el trabajo específico de la fuerza y promover actividades variadas y dinámicas en las que el aparato locomotor pasivo, especialmente la columna vertebral quede descargado.

Los saltos, recepciones, lanzamientos, golpeos, botes, trepas y carreras son tareas que favorecen el desarrollo muscular durante estas edades y, por lo tanto, la fuerza. Así se recoge en los contenidos de "Habilidades y Destrezas" que para el tercer ciclo propone el currículo de Educación Primaria en el área de Educación Física.

El objetivo de la prueba es medir la fuerza estática por medio de un dinamómetro de precisión. El alumno sujeta el aparato medidor con su mano más fuerte (normalmente su mano más hábil) y su brazo cae totalmente extendido a lo largo del cuerpo, pero sin tocar ninguna parte de éste. El alumno debe presionar todo lo que pueda sobre el dinamómetro flexionando los dedos de la mano. En el momento en que haya conseguido su grado máximo de flexión se registra la marca en kilogramos. Se admiten dos intentos y se hace constar el mejor de los dos.


2.4. Flexibilidad: Flexión profunda de tronco

El concepto de flexibilidad deriva del término "flexión" que hace referencia a la capacidad de doblarse o de juntar partes extremas del cuerpo humano. Esta cualidad física permite el máximo recorrido de las articulaciones gracias a la elasticidad y extensibilidad de los músculos que se insertan alrededor de cada una de ellas. Los niños se muestran extraordinariamente flexibles, tanto más cuanto más jóvenes son. Se considera que las cualidades extensibles de la musculatura pueden empezar a decrecer a partir de los nueve o diez años si no se trabaja de forma específica sobre ellas; por este motivo la flexibilidad ha de formar obligatoriamente parte del currículo de la Educación Física en esta etapa educativa, ya que si no fuera así supondría para los alumnos una pérdida más rápida de esta cualidad.

En el currículo y durante este ciclo se continúa el desarrollo de las cualidades físicas y de las habilidades motrices básicas: giros, desplazamientos, lanzamientos, etc. y estas tareas necesitan que la movilidad de las articulaciones sea eficiente, por lo que la flexibilidad es un requisito imprescindible.

La prueba utilizada para medir esta cualidad se denomina "Flexión profunda de tronco" y su objetivo es indicar la flexión global del tronco y extremidades. Es necesario utilizar una plataforma de 0,76 x 0,88 m. sobre la que se sitúa una escala métrica. El alumno se coloca sobre ella de pie y descalzo, haciendo coincidir sus talones con la línea que determina el 0 en la escala de medición y éstos deben permanecer totalmente apoyados durante su ejecución. Se realiza la flexión anterior de tronco, con los pies separados y acompañada de una ligera flexión de rodillas, de manera que las manos lleguen lo más atrás posible sobre la escala métrica, después de pasarlas entre las dos piernas. Esta posición debe mantenerse hasta que la distancia, expresada en centímetros, sea leída por el examinador. Se realizan dos tentativas y se valora la mayor.


2.5. Velocidad de reacción: Recogida de vara o Bastón de Galton

La velocidad de reacción es la capacidad para convertir en movimiento un estímulo en el menor intervalo de tiempo, lo que algunos autores llaman "tiempo de reacción", que podría definirse como el tiempo que transcurre desde la recepción del impulso nervioso hasta que se produce la reacción consciente y voluntaria. El tiempo de reacción es la suma de los siguientes componentes: la percepción del estímulo, la interpretación de las informaciones recibidas, la toma de decisión, la programación mental del movimiento a realizar y el envío de las órdenes a la musculatura. Esta velocidad de reacción hay que considerarla en función de dos variantes: el tiempo de reacción simple, esto es, cuando existe un sólo estímulo -que es lo que mide la prueba seleccionada- y el tiempo de reacción compleja, cuando existen varios estímulos que se superponen.

El período de edad que va de los 9 a los 13 años es en el que existen mayores posibilidades de mejora de la velocidad de reacción debido a que todavía no se ha completado la maduración desde el punto de vista neurofuncional, lo que permite incrementar la velocidad de conducción de los estímulos nerviosos. Este es el motivo que aconseja dedicar una buena parte de las actividades físicas a la mejora de esta cualidad en este período de edad.

La prueba de recogida de vara o Bastón de Galton tiene el objetivo de medir la velocidad de reacción desde el punto de vista de la coordinación óculo-manual. Su ejecución requiere una vara que disponga de una escala graduada en centímetros (aproximadamente de 1 metro de largo, 2,5 cm de diámetro y 0,5 kg. de peso) La escala tiene situado el punto 0 a 30 cm. de uno de los extremos de la vara.

El alumno se coloca sentado a horcajadas en una silla, con la cara hacia el respaldo, apoyando el brazo más hábil (dominante) del codo hasta la muñeca sobre el respaldo de la silla, la palma de la mano hacia adentro, los dedos estirados, el pulgar separado (mano semicerrada) y la vista fija en esta mano.

El examinador se sitúa frente al alumno e introduce el bastón en el hueco de la mano haciendo coincidir el cero de la escala de medición con el borde superior de la mano. El alumno es advertido con la palabra "listo" de que el examinador va a dejar caer el bastón en los tres segundos siguientes. El alumno debe agarrar el bastón lo antes posible, la mirada debe permanecer hacia la mano con la que tiene que sujetar la vara. Se registra en centímetros la distancia que coincida con el borde superior de la mano del alumno una vez que éste haya sujetado el bastón y, por tanto, detenido la caída. Se anota el mejor de los dos intentos que realiza.


2.6. Resistencia cardio-respiratoria: Course Navette

La resistencia tal vez sea una de las capacidades más utilizadas en el desarrollo físico del ser humano por la participación predominante del corazón, la circulación y la musculatura lo que hace que sea un factor de primer orden en el mantenimiento de la salud.

Se pueden encontrar muchas definiciones del concepto de resistencia: capacidad de poder soportar el cansancio; capacidad del organismo humano de poder realizar una actividad de larga duración; capacidad de un músculo o del cuerpo como un todo para repetir muchas veces una actividad; capacidad de realizar un esfuerzo de mayor o menor intensidad durante el mayor tiempo posible. Existen varios tipos de resistencia pero en este apartado sólo interesa, por la edad de los alumnos, la resistencia aeróbica o capacidad que permite mantenerse en un esfuerzo prolongado realizado a ritmo medio o bajo. Esto sucede cuando se consigue un equilibrio de gasto y aporte de oxígeno en la musculatura. En el ámbito deportivo la resistencia aeróbica permite mantener esfuerzos de gran duración.

El desarrollo de la resistencia está condicionado por la evolución del aparato cardio-vascular, éste depende de la frecuencia cardíaca, el tamaño del corazón y el consumo de oxígeno. La resistencia en el niño aumenta de forma paralela al crecimiento hasta los 8 años, mejora significativamente entre los 8 y los 12 años, hay una estabilización entre los 12 y los 14 años y una nueva mejora a partir de esta edad.

Las actividades de resistencia están presentes en los contenidos del currículo de Educación Física a través de los juegos y las habilidades y destrezas. Estas tareas son necesarias por las influencias positivas que tienen sobre el desarrollo cardiovascular, pero hay que tener en cuenta que la musculatura de los niños y de los jóvenes tarda en funcionar de forma armónica y económica, por lo que cualquier gasto intenso supone un esfuerzo suplementario no deseable (resistencia anaeróbica).

El trabajo de resistencia desde los 8 a los 14 años debe ser básicamente aeróbico, partir de las fracciones de tiempo de 5 a 10 minutos hasta llegar a 40-50 minutos. La capacidad aeróbica se desarrolla cuando se trata de una carga dinámica de grandes grupos musculares (correr, nadar, montar en bicicleta, etc.), cuando su duración sea de forma continuada -nunca menos de cinco minutos aunque lo ideal es que sea a partir de diez- y cuando su intensidad sea de un 50% a un 70% de la capacidad cardiovascular máxima.

La prueba empleada tiene el objetivo de medir la capacidad aeróbica de los alumnos. Para realizarla es necesario disponer de un espacio plano, con dos líneas paralelas separadas entre sí 20 metros, y con un margen mínimo de un metro por los exteriores; una cinta magnetofónica o un aparato electrónico, comercializado para este fin, que señala las fracciones de tiempo o palieres.

El desarrollo de la prueba comienza cuando los alumnos se colocan detrás de la línea, a un metro de distancia unos de otros. Al oír la señal de partida comienzan a desplazarse hasta la línea opuesta y la sobrepasan. Allí esperan a oír la señal siguiente para volver a la línea inicial. Deben intentar seguir el ritmo de las señales acústicas (palieres). Cada alumno repetirá estos desplazamientos constantemente hasta que no pueda llegar a pasar la línea en el momento en que suene la señal. Entonces se retirará de la prueba y el aplicador registrará el último palier que haya escuchado el alumno.


3. Habilidad perceptivo-motriz

3.1. Habilidad coordinativa: Eslalon con bote de balón

La coordinación es definida por diferentes autores en los siguientes términos: capacidad neuromuscular de ajustar con precisión lo querido y pensado de acuerdo con una imagen fijada por la inteligencia motriz; organización de sinergias musculares adaptadas a un fin y cuyo resultado es el ajuste progresivo a la tarea; control nervioso de las contracciones musculares en la realización de los actos motores.

Esta capacidad es la que permite relacionar el sistema nervioso central y el sistema muscular para producir el movimiento deseado. Desde el punto de vista deportivo hace referencia a las habilidades deportivas y a la intensidad y velocidad con que han de intervenir los músculos implicados en cada acción.

La clasificación de las habilidades coordinativas establece dos categorías: la coordinación dinámico-global y la coordinación óculo-manual. La primera comprende las tareas que exigen un ajuste recíproco de todas las partes del cuerpo, que en muchos casos llevan implícito actividades de locomoción; la categoría de coordinación óculo-manual abarca los ejercicios en los que se establece una relación entre un objetivo visual y el movimiento del cuerpo con el fin de dirigir la actividad motriz hacia dicho objetivo.

Entre la fase del nacimiento y el cuarto año, el desarrollo de las cualidades perceptivas es decisivo para la posterior calidad del comportamiento motriz. La mayoría de los problemas de coordinación se inician en esta fase cuando no se reciben los estímulos necesarios. En el período que va de los 4 a los 7 años las habilidades de coordinación experimentan un alto grado de desarrollo, por lo que la etapa escolar ofrece buenas posibilidades para mejorar los rendimientos cooordinativos. El período de los 7 a los 12 ó 13 años también presenta un gran desarrollo de coordinación y el niño puede aprender habilidades y tareas complejas y específicas.

El currículo de Educación Física recoge el desarrollo de las tareas de coordinación a través de la ampliación de las habilidades motrices básicas (botes, desplazamientos, lanzamientos recepciones) con todo tipo de móviles (balones, pelotas, picas, discos voladores) y también a través de actividades de iniciación deportiva.

La prueba utilizada tiene el objetivo de medir la coordinación dinámico-global y la coordinación óculo-manual a través de la habilidad en el manejo de un objeto (bote de balón). Se desarrolla en una superficie plana y antideslizante donde se disponen cuatro balizas en línea recta y separadas dos metros entre sí y la primera, a su vez, situada a dos metros de la línea de partida. El alumno se coloca detrás de la línea de salida sosteniendo en la mano un balón de minibasket. A la señal de inicio tiene que realizar un recorrido de ida y vuelta en zig-zag botando el balón entre las balizas. Está permitido un segundo intento en caso de que se escape el balón. Se registra el tiempo que invierte en realizar la prueba, precisando hasta las décimas de segundo.


3.2. Habilidad de recepción: Recepción de objetos móviles

Son muchos los movimientos que puede ejecutar el individuo que suponen el manejo o movilización de objetos y en los que el mecanismo perceptivo adquiere una importancia decisiva. La dificultad va a depender del nivel en el que se trabaje: persona y objeto inicialmente estáticos, persona estática y objeto en movimiento, persona en movimiento y objeto estático, y persona y objeto en movimiento. El propósito que se persigue con el manejo del objeto sirve también para establecer unos criterios de dificultad en el aprendizaje de este tipo de tareas: manipular, lanzar, interceptar, recepcionar y golpear.

En este caso lo que interesa es la capacidad de recepción. Hasta los seis años la calidad de las recepciones de objetos y móviles mejora muy lentamente. La fase que abarca de los 8 a los 11 ó 12 años es la etapa en la que se desarrollan las habilidades y destrezas básicas, desplazamientos, saltos, giros, lanzamientos y recepciones y en la que se adquiere madurez y eficacia. La iniciación en las tareas motrices específicas debe tener lugar entre los 11 y 13 años, son ejecuciones para las que se requiere que las destrezas básicas estén ya adecuadamente aprendidas.

La importancia de esta cualidad perceptivo-motora está contemplada ampliamente en el currículo de Educación Física para el tercer ciclo de Primaria. Hace referencia a la ampliación de habilidades motrices (botes, desplazamientos, recepciones, lanzamientos) con todo tipo de móviles (balones, pelotas, picas, discos voladores). Las actividades de iniciación deportiva adaptada, funcional y polivalente es otro contenido que está recogido dentro del capítulo de los juegos.

Esta prueba tiene como objetivo medir la habilidad para la recepción de objetos. Los materiales utilizados han sido los siguientes: un aro de 56 cm. de diámetro suspendido en un poste cuyo borde inferior se sitúa a 2,40 m. del suelo; cinta adhesiva para marcar un rectángulo o zona de recepción de 2x1,5 m. cuyo lado más cercano al aro se encuentra a 2 m. de distancia; una línea a 2,5 m de la zona de recepción desde la que el alumno comenzará a realizar la prueba; otra línea a 2 m. del aro donde se sitúa el examinador y un balón de voleibol.

El desarrollo de la prueba consiste en realizar las siguientes ejecuciones: el alumno se coloca detrás de la línea que se encuentra situada a 2,5 m. de al zona de recepción; el observador lanzará el balón a través del aro hacia dicha zona. El alumno se desplazará hacia la zona de recepción para intentar coger el balón antes de que golpee en el suelo. Se realizarán cinco lanzamientos comenzando cada uno de ellos desde la posición inicial. Se anotan los intentos realizados correctamente.



Anterior Índice Siguiente


© Instituto Nacional de Calidad y Evaluación (INCE)
calle San Fernando del Jarama, 14
E28002 MADRID
Tel: +34 91.745.9200
Fax: +34 91.745.9249
email: info@ince.mec.es